sábado, 7 de mayo de 2011

La pecera submarina


Pulso el bolígrafo como si fuese una aguja de mi inyección. Fuera eses arapos caros, esas sonrisas insentidas, lo que a mí me interesa está mucho más abajo.Qué contar? Que de nuevo vuelan los dardos que parecen llevar mi nombre. No puedo separar lo que es real de lo que es falso, y simplemente actúo igual que ellos, con sonrisas que disimulan incógnitas…un quién eres? Un …soys vosotras, las palomas a las que alimentaba, los verdugos que veo? La cobardía se expresa perfectamente cuando no son los ojos los que hablan, sino las letras mecanografiadas de un teclado a las órdenes de unos dedos caprichosos y un sistema nervioso endulzado por algodones muy lejos de la tierra. Malacostumbrados, egoístas, intolerantes, incomprensibles. Falsas reinas de un juego que no entenderé nunca. No por no vivir en ese mundo se ha contraído una tara al nacer. Muchos ya han subido desde ese escaño de nube bipolar hasta la realidad, donde todo es empapado de una luz clara que lo vuelve todo casi transparente a la vez que visceral. Mientras, aquí todo se ve con los mismos ojos amaestrados, según su dueño se amolda el mundo a él. Teneis “suerte” de vivir rodeados de gente que acompañan para hacer un poco más fiable esa realidad, pero no os engañéis, no es confianza lo que vosotros teneis. Bien sabeis que al asomar la cabeza y mirar mi desastrosa vida con un óculo objetivo, entenderéis que lo que se haya en mi rostro es una pura verdad y que fuera hay un mundo descolocado pero auténtico, bello por lo que es. No tengo que ordenar mis amistades en una cadena perfecta, esposarme a una persona que esté dispuesta a hacer reales mis imaginaciones de sala de teatro, enunciar frases perspicaces para parecer una intelectual ni clasificar en cajones mi vida. Porque aunque esta no encaje en vuestro estúpido y perfecto canon, es una maraña de sensaciones que solo conoceis a través del cristal. No digo que haya vivido lo invivible, solo que podría hacerlo, que he empezado a hacerlo, que tengo el alma capaz de sentir en carne todas esas cosas. No soy el cliente de un anuncio de valla publicitaria, ni me dejo conmover por una sonrisa de anuncio. Seré más explícita: no os lamentéis falsamente por mí, no os debo nada, no os envidio, no me conmoveis y no os creo. FIN

1 sonrisas:

Nnyyywrakkk dijo...

Como ya te dije, simplemente GENIAL.
:)

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